1. m. Género de música derivado de ritmos y melodías afronorteamericanos.
2. m. Orquesta especializada en la ejecución de este género de música.
 | Cuando una señora le preguntó a Fats Waller "¿Qué es el jazz?", el pianista y cantante contestó: "Señora, si aún no lo sabe, déjelo correr". Con anterioridad a esta anécdota, Jelly Roll Morton definía el jazz como "un estilo que puede utilizarse con cualquier melodía" (a diferencia del ragtime, al cual no es posible adaptar todas las melodías). |
En los primeros años, la forma del nombre oscila entre jaz, jas, jass, jasz o jascz, y, según Walter Kingsley, colaborador del New York Sun, "el término es de origen africano, común en la Costa del Oro africana y en las tierras del interior". Etimológicamente, al término se le atribuyen los orígenes y significados más dispares: jasm (esperma), jaser (charla, algarabía), jasbo (mote de músicos), jasi (ritmo acelerado), etc...
El jazz se caracteriza por eludir la ejecución de las interpretaciones a partir de la lectura fiel de una partitura; la base de la interpretación y el estilo jazzístico es la improvisación, la cual diferencia de forma primordial al jazz de otros estilos musicales de la tradición musical occidental. Improvisar significa que el intérprete recrea libremente el tema en cada ejecución sobre una determinada estructura armónica; la melodía funciona como tema principal e idea para desarrollar una posible interpretación. Esta subordinación de la melodía a la libertad creativa del artista, ha alejado históricamente al jazz de una presencia comercial masiva.
El jazz es habitualmente interpretado por formaciones en las que destaca un instrumento solista acompañado de una sección rítmica (una batería, un contrabajo o bajo eléctrico y algún instrumento armónico como el piano o la guitarra). Las formaciones pueden ser muy variables, desde solistas sin acompañamiento, tríos, cuartetos o quintetos, hasta las grandes Big Bands.
El jazz se caracteriza por eludir la ejecución de las interpretaciones a partir de la lectura fiel de una partitura; la base de la interpretación y el estilo jazzístico es la improvisación, la cual diferencia de forma primordial al jazz de otros estilos musicales de la tradición musical occidental. Improvisar significa que el intérprete recrea libremente el tema en cada ejecución sobre una determinada estructura armónica; la melodía funciona como tema principal e idea para desarrollar una posible interpretación. Esta subordinación de la melodía a la libertad creativa del artista, ha alejado históricamente al jazz de una presencia comercial masiva.
El jazz es habitualmente interpretado por formaciones en las que destaca un instrumento solista acompañado de una sección rítmica (una batería, un contrabajo o bajo eléctrico y algún instrumento armónico como el piano o la guitarra). Las formaciones pueden ser muy variables, desde solistas sin acompañamiento, tríos, cuartetos o quintetos, hasta las grandes Big Bands.
Pero el jazz no es sólo una música. Como lo define el musicólogo americano Marshall Stearns, "el jazz es el resultado de la mezcla, a lo largo de trescientos años, en Estados Unidos, de dos grandes tradiciones musicales, la de Europa y la de África Occidental".
A partir de su éxito comercial, primero en Estados Unidos, después en Europa y, finalmente, en todo el mundo, el jazz ha adquirido un carácter universal, creando modas más allá del terreno musical, desde el vocabulario hasta la indumentaria, y convirtiéndose en la mayor revolución musical del siglo XX.
A partir de su éxito comercial, primero en Estados Unidos, después en Europa y, finalmente, en todo el mundo, el jazz ha adquirido un carácter universal, creando modas más allá del terreno musical, desde el vocabulario hasta la indumentaria, y convirtiéndose en la mayor revolución musical del siglo XX.
